27.10.15

Concluir

Terminar es admitir el cansancio,
clausurar la epidemia de pestañas,
clics sobresaltados
guardar, no guardar, cancelar.
Ensobrar la cosecha
sabiendo que más vale el rastrojo,
los despojos de senderos desatendidos
mejores promesas, más claras pautas,
guerras cruentas a las precisas secuencias
como si se buscara alejarlas
en insensato asedio de días.
Volver sobre el surco para ver
al centro el rastro
de semillas bien plantadas y
futuros baldíos de ocasión.

27.9.15

yéndose en vos

Tenía un poema todo 
dándome vueltas en la cabeza
no sabía si guardar el hambre
qué ropa interior se lleva de entierro?

toma tiempo apurarse
los muertos necesitan plata
para sus duelos impagos
y un puto desodorante en el bolsillo
como si olieran mal las lágrimas 

Es mi tía y mi madre, ser hija es singular
mientras ordenan todos sus muertos
elegí con tiempo, diría
ahora nadie quiere saber de mejores raíces
y ya no se mencionan los costos, está bien

era anfitrión
entre vales de café
hasta que llegara caronte

y quería escaparme a ese poema todo
y tenerte anundada a mi garganta

Eduqué así a mi hijo?
o sino... no querían opción
si hubiera, la vida de verás vivida
te sacan del cuarto, la muerte, ahora

setiembre, un mes sin parcelas,
me atormenta
como un poema que no puedo escribir
aunque los versos ya vayan cayendo
yéndose en vos

23.6.15

Si se pudiera el desconcierto

Si se pudiera escribir el desconcierto
rellenar en pie de guerra
un circuito de almas
un policia de tránsito
en una isla desierta

si se pudiera ahogar el sol
pulsar hasta desaparecerlo
borronearle el contorno
hacer una trampa
robarle el carro

si se pudiera desmontar 
como piezas de encastre
a los cuatro jinetes y sus cascos
como legos, dejarlos pelados de a pie
rojo quiere terrones, 
que suave crin blanca

fuera ese el suceso

17.5.15

no sé si esto es miedo o estar
solo y de repente
vaciarse las tripas en los ojos cerrados
negábase mundo cada párpado aprieta
cada piano eco del pasado
como si ya empieza algo viejo
pero no, no hay oscuro
ni débil ni susto
solo tenue acero de palabras
empuñado por un ciego
que apenas elige 
entiende su irrevocable dolor

1.5.15

Hoy Vallejo, 
Trilce de la mano,
como si fuera Vallejo a solucionar 
lo que Vallejo no causó.
Lo encuentro salpicado de poesía
y querría algo menos oscuro 
y menos mío
para llevarme el alma.

26.4.15

Ensangres

¿De qué está hecho un valiente? ¿Cuál es la composición exacta del sumo terreno de la hombría? ¿Cuantas veces debe latigarse la voluntad del miedo (la única real) para lograr el punto exacto, bullicio, de ser héroe? Héroe, como mudanza espartana, descalza, llena de medallas que más pesan y menos alimentan a medida se acumulan. Abruman la piel estrellada de metralla desatada por manos similares, al otro lado de un continente se asemejan mojadas en lágrimas, una bala desavala toda supersticiosa alabanza, también a él llegan las rotosas telas de mortajas para indigentes. Embocó su grito en un cañon amigo, permiso, me muero, dijo, y lo gritó en la soledad de un piso lleno repentino de él. Fabularia cualidad de sangre y sesos, de todo tornarlo forénsica prueba, delito peritable, perímetro delineado. Llegan las togas, ordenan pira, y posmortem digna, a la carroña de victorias, al hombre que supo ser valiente hasta matarse. En otra tierra árida entregarían bandera a viuda secuestrada de la distancia y la amnesia, un recuerdo pulcro que colgar en su frente, en el asta del otro marido patriota por no luchar, por no morir, por mandar su sangre en sangre de otros a cobrar. Entonces que se mate ahí suena a justicia. A muerte reparadora, a privación de cómodas formas, utensillos desvalijados a la vida ladrona de ella (la inocencia no queda en stock). Ella que no supo aguantar el deber de ser muerte inminente en espilgrana, y luego metralla, fuego amigo, convoy emboscado y no lo último, quedan frenos que no funcionan, alas que se desenzamblan en aterrizajes forzados por leyes materiales, una bala, fuselaje. Ella prefirió lo sólido de los puentes que tiende su nuevo él, su él de las cosas que se llevan los hombres de overall gobernante para confirmar que la muerte fue incomodidad, furtiva venganza, a ellos, ella, él.

19.3.15

Habría que hacer un pozo

Habría que hacer un pozo en el techo,
destetar la vaca antes que el ternero,
sentarse alrededor del fogón, quemar
tela y estambre, niños y viejas encendidos
pueblan los recodos de la mirada.

De manos gitanas
tirita cartas
porvenir.

Habría que hacer un pozo en el techo,
desenterrar la luna,
entre lombrices parece incómoda,
los bastos amargos de no tenerse más.

Cerrar la puerta, escoba y todo,
para que las visitas exquisitas
se queden a ser el té.

7.1.15

NO tengo ganas de empezar de cero. Sabiendo el recorrido y la meta el camino se hace predecible y aburrido. Así me quedo en este lugar. Dejo que me empape ese polvo de nubes picado, y pienso. Pienso en los tantos ayeres, como siempre, en los síntomas de cordura, y por tanto busco un rincón quieto en este mundo que gira.

Sollozan mis lágrimas perdidas en el rostro de esta muchacha que abrazo en la calle. Me aferro a ella porque la vida se me demora en las ideas lúcidas del mundo. Como viejito impotente y dependiente me agarro a su brazo para cruzar la calle o la vida. Soy marino, pero temo al agua que rodea la tierra. Temo al sol, a las olas, al mar. Temo a mis ojos que tristes se ven pasar en espejos de lata. Me temo en todo, me soy en poco agradable. Mi fealdad es dura y cruel, como el dolor de esta herida perenne que se queda en mí como las ideas desfilan en jueves de ceniza. 

Los barrenderos limpian las calles mugrientas luego de las ferias vecinales. Es domingo santo, y el santo sale a la calle en procesión. Una paloma vuela lejos del puerto y se interna en el atolladero de la ciudad. Otra ave, gaviota esta, se hunde en las aguas como un cormorán, y sale triunfal con el pico coronado por un pez que en destellos se debate preso. La música celestial se funde y confunde con poca paciencia con los ruidos mundanos, el diario grito, desde el aula de ventanas abiertas. El violín rasgado y torturado se juega a poco la vida en las manos nóveles del futuro nobel. Y una chiquilla lo mira con respeto y admira el juego fino de pases y despases de sus dedos ágiles. El arco se tensa y baila... y baila la gente en la calle a la puerta del arco. Un estudiante de lápiz b se sostiene para ver la luna que se refleja en la catedral sombría, mientras una chica contempla sus caras de granito.

Una malabarista de bolas y naranjas juega a ser maga, y se equivoca y se convierte en otra cosa. Y los que pasan la ven, sin ver las paredes sucias de sangre y grafiti. Y adornadas de arte y grafiti. Se escracha una de las naranjas, se cae al piso y se rompe. El relámpago se moja en la lluvia que le gana al día su luz, y las sombras se adueñan de la calle semidesierta. En eso salgo de casa y canto. Un perro se para a olisquearme. Me muerde, grito de dolor. Me suelta. Su dueño se acerca, también me muerde. Vuelvo a gritar. Ella me oye.