Como un niño que amanece
en el vientre ensopado de miedo,
sudando las penurias del sueño.
Despacio tentando la carne
con sus manos y pies,
averiguando e inquiriendo toda
eventualidad
todo rellano de piel.
Ensayando su deleitante imperturbabilidad
todavía soñolientos sus sentidos,
y recalcando la cíclica redundancia
de dos corazones,
al unísono, hermosos.
en el vientre ensopado de miedo,
sudando las penurias del sueño.
Despacio tentando la carne
con sus manos y pies,
averiguando e inquiriendo toda
eventualidad
todo rellano de piel.
Ensayando su deleitante imperturbabilidad
todavía soñolientos sus sentidos,
y recalcando la cíclica redundancia
de dos corazones,
al unísono, hermosos.
"no fue un buen día."
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